Carta de una amiga. A esto le llamo yo escuchar los susurros de la vida cotidiana.
"Un dia cualquiera..."
Todo empieza normal, me he levantado, me he duchado, he dado de comer a mi gato, y me he ido a trabajar. Hasta aquí todo pura rutina.
Siempre hay alguna cosa que hace que el día sea diferente.

Hoy mismo, todo estaba normal hasta que he ido a la cafetería de siempre. Me he sentado a la mesa y he esperado a una amiga para desayunar juntas. La he encontrado muy rara y le he preguntado ¿Pasa alguna cosa?
Y me contesta: te cuento mas tarde, que ahora hay mucha gente por aquí.
Cuando hemos salido la he acompañado al coche y me ha dicho que un familiar le estaba reclamando una cantidad de dinero por algo relacionado con unas reformas que se habían realizado hace años. ¡¡¡Si la casa era familiar!!
Yo le he dicho, que lo mejor en estos casos es tener una reunión familiar y aclararlo todo.
¡¡Yo alucino!! De quién menos de esperas te clava la puñalada, pero hasta el fondo. Y eso duele muchísimo.

Llego a la oficina muy pensativa por lo que le estaba pasando a mi amiga. No paraba de darle vueltas, y he decidido concentrarme en mi trabajo.
A media tarde, me llaman y me piden hablar con el Dpto. de Estudios. Yo le digo que no cuelgue y que espere un minuto. Me entra otra llamada, y son de esas, que alguien está aburrido y mira por donde, decide llamarme a mi, y encima quiere que le explique alguna cosa.
Consigo colgar a la mayor brevedad posible y vuelvo a retomar la llamada de antes. Pido disculpas diciendo que me habían entrado un montón de llamadas seguidas, y que el departamento por el que pedía estaba comunicando.
Muy ofendida me dice que la he tenido mucho rato esperando, que se lo podía haber dicho antes.
¡¡Ya lo que me faltaba!!
Muy educadamente le deseo buenas tardes y cuelgo.

Y así ha ido pasando la tarde, hasta que he ido a archivar unos papeles y para sorpresa mía pasa un jefe a mis espaldas, coge una caja de chicles de una de las secretarias, y sin pedir permiso coge uno y se lo pone en la boca.
En un principio he pensado: vaya morro que tiene. Pero con lo que mas he alucinado, es que se ha ido sin tan siquiera dar las gracias.
Indignada por lo que estaba pasando hoy, me pongo a escribir unas líneas:
¿Se puede saber donde se ha dejado la educación de esta sociedad?
¿Qué es eso de poner palo a las ruedas a tu propia sangre?
¿Qué es eso de coger una cosa que no es tuya sin pedir permiso, o sencillamente dar las gracias por cogerlo?
Señores, que se pare el mundo que yo me bajo. No quiero ser cómplice de este malestar con todo y con todos.

¿Es que no hay personas? ¿Donde está la tolerancia?
No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti.
No reclames un favor, ya que tú lo has hecho voluntariamente y nadie te ha obligado.
Intenta ser feliz con pocas cosas, no seas egoísta.
Disfruta en todo momento de aquello que te ofrece la vida.
No seas exigente con los demás, porqué no lo eres contigo mismo.
Observa, analiza, razona...
Simplemente deja que el día sea día, y no le quieras dar mas vueltas.

¿Quién dice, que en cuestión de minutos un día no te puede cambiar?
Yo todavía no he terminado el día, me quedan unas horas.
Ahora yo me pregunto: ¿qué más pasará? Tanto da.
Mañana me levantaré y habrá pasado un día más en mi vida, y me encontraré con otras cosas nuevas que harán que en acabar el día pueda decir..."Mañana me levantaré y habrá pasado un día más"

Carpe diem (Vive el momento)
Vive y dejar vivir.
Cualquier noche puede salir el sol.